LAS MATEMÁTICAS ENCUENTRAN LA fórmula DE LA FELICIDAD
Sí, ¡estamos leyendo bien! No es una adornada forma de hablar... ¡han creado una fórmula para medir la felicidad! y es la siguiente:
Se trata de una ecuación que encontré "enredando por la web" (permitidme la expresión) y que fue publicada en varios medios de comunicación en el año 2014. Elaborada por un equido de investigadores de la Universidad de Londres, y dirigido por Robb Rutledge, esta ecuación ha servido de base para desarrollar una aplicación móvil que sirve para medir el grado de felicidad de las personas... ¡la invasión de las app! Se pidió a dieciocho mil voluntarios de todo el mundo que la utilizaran para responder un test que permitiría evaluar su grado de bienestar y satisfacción, todo esto para un experimento bautizado The Great Brain Experiment.
Los científicos argumentan que la cuantificación de los estados de felicidad subjetivos serviría a los médicos a comprender mejor los trastornos del estado de ánimo, y que también podría ayudar a los gobiernos a informar mejor sobre medidas de bienestar para la población.
A un reducido número de voluntarios (26, para ser más exactos) se les sometió a escáneres de resonancia magnética. "Parte del test consistía en una serie de pruebas que, si se resolvían positivamente, acarreaban una recompensa o gratificación", explica Robb Rutledge. "Lo más sorprendente, fue descubrir que los mayores índices de felicidad que sentían los voluntarios no se producían al recibir o saborear el premio, sino en la etapa en la que acariciaban la posibilidad de recibirlo. Es decir... La expectativa de ser premiados o de experimentar algo agradable, resultaba mucho más placentera que el premio o la experiencia en si misma".
“Matemáticamente el modelo parece correcto para medir la definición de felicidad que ellos usan, aunque las consecuencias son las que uno esperaría a priori”, señala otro investigador, de León, que añade una crítica: “La definición de felicidad aquí es simplista. No sé cómo se podría extender este concepto basado en una ganancia en medidas más realistas”.
Tal y como reconoce el profesor Rutledge, las situaciones de la vida cotidiana son demasiado complejas como que pueda medirlas una simple aplicación, pero: "El estudio nos demuestra que la felicidad depende en gran parte de las expectativas que tengamos de la vida en cada momento. Aprender a jugar con ellas en cada situación concreta, y a manejarlas y graduarlas de la manera adecuada, podría ayudarnos a ser más dichosos".
Aunque la ecuación no desvele el secreto de la felicidad... al menos, ¡nos da más pistas sobre ella!
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